Son muchos los negocios que necesitan ayuda para la contabilidad. Para ello, recurren a una asesoría de empresas en Asturias de confianza para cumplimentar documentos o llevar la contabilidad al día. Entre algunas de las dudas más destacadas está la siguiente: ¿qué es el principio de prudencia contable?

El principio de prudencia es una norma que obliga a contabilizar los beneficios únicamente cuando se producen y las pérdidas cuando se conozcan. Es decir, la empresa siempre debe situarse en el escenario más negativo para evitar problemas en su contabilidad, especialmente de liquidez. Para ello, deberá anticipar las pérdidas de la organización, aunque nunca lleguen a producirse. Asimismo, asumir los beneficios no se podrá producir hasta que puedan ser realizados, una vez que se cierra el ejercicio en curso.

Es más, si se sabe que que un gasto puede producirse con una elevada probabilidad, aunque no sea seguro, también debe contabilizarse siguiendo los criterios de este principio. En el caso de que el ejercicio esté cerrado pero las cuentas no hayan sido formuladas, el gasto se debe recoger de igual forma, en este caso, en la memoria. Todos los gastos deben reflejarse, incluso cuando la entidad cierre un año (ejercicio) con pérdidas, algo que afecta también a los activos (inmovilizado, bienes, etc.).

Con el principio de prudencia se logra que la imagen de la empresa, la «foto fija» de la compañía, sea fiel, reflejando con la mayor precisión posible la realidad económica de la organización. Este principio afecta tanto al balance de situación como a las cuenta de pérdidas y ganancias.

Desde tu asesoría de empresas en Asturias, Gestoría Administrativa Olivares, esperamos que nuestra explicación del principio de prudencia, la norma contable que nos ayuda a prevenir problemas en la contabilidad y el estado financiero de la organización, te haya resultado cuánto menos entretenida y constructiva.